El arte de instalación, un género conocido por su fuerza transformadora sobre el espacio y la percepción, desafía la simple categorización. Porque desde sus primeros orígenes hasta la actualidad, el arte de la instalación ha tomado diversas formas, a menudo desdibujando las fronteras entre el arte y el territorio que ocupa. Además, ya sean temporales o permanentes, estas obras tridimensionales han adornado galerías, museos, plazas públicas e incluso hogares privados, sumergiendo a los espectadores en entornos cautivadores. Surgido en la segunda mitad del siglo XX, el arte de la instalación evolucionó junto con el minimalismo y el arte conceptual, priorizando las vistas y experiencias sobre el producto final. ¡Lea este artículo para descubrir algunos artistas notables que han hecho contribuciones invaluables al discurso que cubre el arte de instalación!
Kurt Schwitters: redefiniendo el collage a través del Merzbau
Conocido por sus ingeniosos collages hechos con diversos materiales como trozos de papel, madera y anuncios, Kurt Schwitters (1887-1948) fue un artista dadá pionero del siglo XX. Su contribución más notable fue la transformación de su propio estudio de arte en un collage en expansión conocido como Merzbau. Veía a Merzbau no solo como una obra de arte, sino también como una mentalidad y una forma de vida, que encarna su concepto de "merz". Este término representaba al propio artista, su existencia y sus esfuerzos creativos, haciendo del Merzbau su edificio.
Con el tiempo, Schwitters expandió su estudio a un collage inmersivo, en constante evolución y crecimiento. Compuesto por columnas y estalagmitas formadas por una variedad de objetos encontrados, el Merzbau se convirtió en un testimonio vibrante de la visión artística de Schwitters. Aproximadamente desde 1923 hasta 1937, la instalación ocupó ocho habitaciones en su casa de Hannover. Sin embargo, debido al ascenso de la Alemania nazi, Schwitters se vio obligado a buscar refugio en Noruega, y en 1943, mientras aún estaba en el exilio, el bombardeo aliado destruyó el Merzbau. Este evento no solo celebró la destrucción de la creación específica del sitio de Schwitters, sino que también limitó su existencia.
Yayoi Kusama: encantando los Sentidos con Infinity Rooms
Una artista icónica e instantáneamente reconocible, Kusama ha deleitado al público desde 1965 con su innovadora serie de Infinity Rooms. Su primera instalación transformó sus obras de arte repetitivas anteriores en una experiencia inmersiva al crear espejos como paredes. Dentro de esta fascinante sala, los espectadores se ven envueltos en un espacio aparentemente infinito adornado con estructuras fálicas de tela con lunares.
Desde entonces, ha creado más de veinte Infinity Mirror Rooms distintivos, cada uno con su propio encanto único. Algunos se asemejan a cajas de peep-show, que permiten al público observar desde afuera hacia adentro, mientras que otros son instalaciones multimedia expansivas llenas de lunares inflados reflejados internamente. Entre las instalaciones más queridas de Kusama, especialmente entre los visitantes de los museos y las personas influyentes en las redes sociales, se encuentran sus creaciones llenas de luz como Infinity Mirrored Room: Aftermath of Obliteration of Eternity. Esta instalación en particular muestra cientos de faroles colgantes, creando un camino pavimentado con agua. A través de la magia de los espejos, la obra de arte de Kusama juega con nuestros sentidos, invitándonos a escenarios líricos que resuenan con nuestras reacciones humanas más profundas e inspiran la meditación.
Gordon Matta-Clark: desafiando las normas urbanas a través del arte
Un artista estadounidense con un profundo conocimiento del papel de la arquitectura en el reflejo de las estructuras sociales hizo una poderosa declaración de protesta urbana a través de su instalación de arte titulada "Splitting" en 1974. De marzo a junio de ese año, Matta-Clark usó una motosierra para cortar en dos Casa de Nueva Jersey que había sido adquirida por su concesionario y que estaba destinada a ser demolida debido a la especulación con la tierra. Provocado por el desalojo repentino de los anteriores ocupantes y sus pertenencias abandonadas, el artista se lanzó a documentar su obra desde el interior de la casa hacia el exterior a través del cine. El metraje resultante captura la fragmentación del espacio doméstico, donde la luz y el aire impregnan las habitaciones a través de enormes cortes arquitectónicos, lo que representa tanto la ruptura personal como universal de una familia.
La película, junto con los libros, fotografías y bocetos posteriores, sirve como documentación del evento y se convierte en una parte integral de la obra de arte en sí. Esta práctica también enredó exhibir elementos de fragmentos de construcción a gran escala y otros desechos como instalaciones en galerías y espacios institucionales, agregando otra capa de significado a su trabajo.