La intersección de la alta cocina y la alta moda ha dado origen a una nueva era de experiencias culinarias de lujo. Las marcas de moda se están aventurando en el mundo de la gastronomía, abriendo cafés, restaurantes y pastelerías que combinan a la perfección una estética opulenta con experiencias culinarias refinadas. Esta convergencia de la moda y la comida no se trata solo de saborear delicias deliciosas; es una jugada estratégica para cautivar a los consumidores de la Generación Z y crear experiencias de marca inmersivas. ¿Qué impulsa esta tendencia?
En la cultura de consumo actual, la moda y el estilo de vida están inextricablemente vinculados. Una nueva tendencia está surgiendo en la intersección de la moda de alta gama y la alta gastronomía, a medida que las marcas de moda se aventuran en el mundo culinario. Están abriendo cafés, restaurantes y pastelerías que combinan a la perfección una estética refinada con experiencias culinarias excepcionales. Esta convergencia de la moda y la comida no se trata solo de disfrutar de exquisiteces; es una estrategia deliberada para cautivar a los consumidores de la Generación Z y crear experiencias de marca inmersivas.
¿Qué impulsa esta tendencia?
- Consumidores de la Generación Z: como nativos digitales, los miembros de la Generación Z buscan autenticidad, personalización y validación social en sus decisiones de compra, y perciben las experiencias culinarias como símbolos de estatus y moneda cultural.
- Cambio en el gasto de los consumidores: los consumidores están destinando una porción mayor de sus ingresos al bienestar, la hospitalidad y la gastronomía, lo que hace que sea comercialmente viable transformar espacios minoristas de bajo rendimiento en lugares de hospitalidad.
- Diversificación de marcas: al abrir una cafetería, una pastelería o un bar, las casas de moda pueden ampliar su audiencia y diversificar sus fuentes de ingresos.
Las colaboraciones recientes entre las grandes firmas de moda y los puntos de interés culinario subrayan una tendencia en auge. La casa de moda de lujo británica Burberry, famosa por sus gabardinas y sus estampados de cuadros, se hizo cargo del Norman's Cafe de Londres, un local de desayunos que sirve clásicos británicos. Justo antes de la Semana de la Moda de Londres de 2024, el lugar se transformó con cortinas a cuadros de Burberry y vajilla con el jinete del logotipo. En el menú, se podían encontrar platos como el Thomas Burberry Sandwich, un sándwich de masa madre con rosbif, rábano picante y berros.
Experiencias culinarias de lujo abundan
En París, Vuitton abrió Maxime Frédéric, una cafetería y chocolatería en el elegante hotel Cheval Blanc Paris. Allí, Maxime Frédéric, pastelero del año 2022 según Gault & Millau, sirve pasteles y chocolates inspirados en los motivos y estampados icónicos de la casa de moda. Imagínese dulces con el monograma LV y todo tipo de pasteles con la forma de los símbolos icónicos de la marca.
El hecho de que las casas de moda se aventuren en el mundo de la comida no es algo del todo novedoso. Marcas como Prada, Armani o Bulgari iniciaron la tendencia hace un tiempo cuando abrieron sus restaurantes y cafeterías. Algunos de los ejemplos más populares que quizás conozcas son la colaboración de Chanel con el chef francés Alain Ducasse. Abrieron Beige, un restaurante en la tienda Chanel de Tokio hace veinte años. El restaurante tiene dos estrellas Michelin y sirve cocina francesa moderna. No hace mucho, Gucci también abrió nada menos que cuatro restaurantes en todo el mundo con Massimo Bottura, un chef famoso en la actualidad. Están en Florencia, Los Ángeles, Seúl y Tokio, y ofrecen lo que significa probar el lujo italiano a través de una comida que captura la energía pura de Gucci.
Marketing experiencial
Aunque los restaurantes y cafés de diseño no son algo nuevo, el número de nuevos establecimientos de restauración abiertos por las casas de moda ha crecido en los últimos años. Cuando Dior renovó su sede en el número 30 de la Avenida Montaigne en París, no solo creó una tienda insignia, sino que incluyó un museo, un restaurante, una pastelería, la oficina original de Monsieur Dior y un apartamento para pernoctar.